21 de octubre de 2010

TU PARTIDA




Es difícil hacernos a la idea que ya no estarás,
que ésta fue la última vez que mis manos pudieron
acariciar ese rostro pálido, frío y esas manos ya sin vida,
por más que intenté calentarlas con las mías ya no volverán
a tener el calor que alguna vez tuvieron... al menos existe el
consuelo de que aquellas sábanas quedaron impregnadas
con ese dulce aroma a jazmín que tanto amabas que llegó a
ser característico en ti... no pude contenerme al ver tu cuerpo
dentro de un ataúd, a través de ese vidrio vi ese cuerpo sin vida
como si fuera un estuche que contenía esa bondadosa alma, pero no podía creer que esa persona fueras tu, yo sentía que aquella marcha fúnebre pertenecía a alguien más; ese vacío, ese dolor me hicieron caer  en la locura, es tan difícil aceptar que después de esto no te encontraremos en tu casa como lo solíamos hacer, esa que solía ser tu hogar, que cuidabas con tanto celo, aquel lugar  tan cálido al que íbamos a refugiarnos contigo... el día que ese ataúd debía ser abrazado por ésta cálida tierra sólo me quedaba el consuelo de haber plasmado todos los sentimientos más profundos de mi alma y mi corazón en un papel, uniéndolo a una rosa y colocándolo
en tu ataúd, de esta manera perdurará por siempre, será menos
efímero que las palabras porque a éstas se las lleva
el viento...

Una de las cosas más difíciles es estar en tu casa limpiando, con
esperanzas de que en algún momento salgas mostrándonos esa característica sonrisa tan bonita, pura, blanca y sobre todo llena de paz... los fantasmas de tus recuerdos nos abrazan y nos acogen sobre todo cuando estamos en esa que toda la vida fue tu morada... como explicarle a mi mente, a mi corazón y a mi espíritu que ya no te veremos más...






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